Isabel de Portugal
Isabel de Avis y Trastámara, conocida como Isabel de Portugal, nace en Lisboa el 24 de octubre de 1503, y es la segunda hija del rey Manuel I el Afortunado y de su segunda esposa María de Aragón y Castilla. En la prosperidad de la corte portuguesa, Isabel se educa bajo la tutela de su madre, con severidad y sobriedad, que inculca a su hija una piedad religiosa profunda, de oración y meditación cotidianas.
Por su belleza, Isabel es considerada una de las mujeres más hermosas del mundo y, por sus cualidades morales, la mejor candidata para el trono imperial. El 10 de marzo de 1526 se casa en Sevilla con Carlos I y, a pesar de que el matrimonio se realiza por motivos políticos, acaba siendo una pareja feliz, que tiene cinco hijos; siendo el futuro Felipe II de España, el mayor, el único varón en sobrevivir a la niñez.
Cuando el joven Francisco de Borja aparece en la corte, en 1528, se produce un cariño excepcional entre ambos. Carlos V lo tiene por persona de confianza y la emperatriz cautiva al caballero que Borja lleva dentro.
Carlos V lo nombra caballerizo de la emperatriz y Leonor, su mujer, se convierte en la camarera mayor.
El 20 de abril de 1939, en Toledo, y en ausencia de Carlos, Isabel sufre un aborto. A los cinco días la situación se complica seriamente, la emperatriz comienza a temblar y a sudar con un ataque de fuertes fiebres. El uno de mayo, Isabel fallece a los treinta y ocho años de edad. Carlos recibe la noticia regresando de Madrid. Abatido, no quiere ver muerta a Isabel y se encierra en el monasterio de Sisla.
Su hijo Felipe y Borja serán los encargados de trasladar el cadáver hasta el panteón real de Granada. Son 16 días de viaje con un intenso calor que acaban por pudrir el cuerpo de la difunta. Francisco es el encargado de certificar que el cuerpo corrupto del féretro corresponde al de la emperatriz y la dantesca visión impacta le impacta profundamente. Diez años de cordial adoración, leal y afectuosa confianza se han truncado de golpe.