Felipe II
El futuro Felipe II, hijo de Carlos V e Isabel de Portugal, nace en Valladolid el 21 de mayo de 1527. Educado para el papel que el destino le ha reservado (heredar los dominios del emperador), desde su infancia asimila la importancia de la dignidad regia y se va alejando física y afectivamente de las gentes que le rodean.Felipe acaba teniendo un carácter reservado con una tendencia progresiva al hermetismo.
En su juventud, Felipe II es un cortesano galante que tiene diversos amores. Su matrimonio con María Manuela de Portugal, el 13 de noviembre de 1543, es el presagio de las desdichas personales que le acompañarán. Su mujer morirá al cabo de año y medio, tras dar a luz al primogénito Carlos, origen de la leyenda negra que la historia echará sobre su persona. Felipe verá morir a todas sus mujeres, a varios de sus hijos de corta edad, a su hija Catalina Micaela, y a otras personas de su entorno.
Antes de su ascenso al trono, Felipe tiene importantes responsabilidades de gobierno que lo van convirtiendo en un gobernante concienzudo y trabajador.
Influido por su padre, es un hombre profundamente religioso que hace de la defensa de la fe, el honor y el prestigio, su principal objetivo político. Su defensa de la religión católica y la lucha contra la herejía hace que proteja fervientemente a la Inquisición. En la aplicación de la justicia, actuará, con frecuencia, de forma severa e inflexible, sobre todo cuando se ponga en cuestión su poder y autoridad.
Felipe se ha acostumbrado desde su infancia a la presencia de Francisco de Borja en el entorno familiar. Lo ve siempre acompañando a su padre y a su madre y esta confianza, por respeto a sus padres, la tratará de mantener como rey. No obstante, las relaciones entre Francisco y Felipe se empezarán a deteriorar desde el momento de Francisco ingresa en los jesuitas. Primero por las malas relaciones que Felipe II tiene con los papas, a los que Borja debe obediencia, y, después, por el nuevo entorno de confidentes en la corte, contrarios a la Compañía de Jesús y enemigos de Francisco.
El proceso iniciado contra Borja por la Inquisición enfriará totalmente las relaciones, que lentamente se restablecerán cuando Francisco sea nombrado General de la Compañía. Con los años, Felipe II recibirá a Borja en Madrid con los mismos honores con los que fue tratado por su padre, el emperador.