Palacio de los Pimentel

En la fachada lateral que asoma hacia la iglesia de San Pablo hay una sucesión de grandes ventanas con rejas. Una de ellas evidencia la rotura de la reja con el añadido postizo de una simbólica cadena. La tradición relata que fue por esta ventana por la que salió el recién nacido príncipe Felipe para poder bautizarlo en la iglesia de San Pablo, templo habitual de las celebraciones reales. De hacerlo por la puerta principal, la jurisdicción parroquial de la época le hubiese obligado a bautizarlo en una parroquia distinta.

En su interior hay dos notables artesonados, uno procedente del Colegio de San Gregorio, de finales del siglo XV y el otro también mudéjar, procedente de la parroquia de Villafuerte de Esgueva. Lo más sobresaliente de su exterior es la ventana plateresca situada en la esquina.

En el zaguán, hay una colección de azulejos de Talavera realizada en 1939, que narra en 12 escenas  momentos significativos de la historia de la ciudad, entre éstos el bautizo del príncipe Felipe y los Autos de Fe de la Inquisición, en 1559, de los que fue testigo san Francisco de  Borja, en el primero como caballerizo mayor de la reina y en el segundo como jesuita.