Castel Nuovo

La construcción del Castel Nuovo, también llamado Maschio Angioino, comenzó en 1279, bajo el reinado de Carlos I de Anjou, con el objetivo de convertirlo en residencia real y sustituir el uso de las otras dos fortalezas existentes. El castillo del Ovo demasiado aislado en el mar y lejos de la ciudad, y el Capuano, demasiado distante de la costa.

Debido a su posición estratégica, el nuevo castillo cubría no solo las características de una residencia real, sino también las de una fortaleza. Desde el principio se llamó Castrum Novum para distinguirlo de los antiguos Ovo y Capuano.

En 1443, Alfonso el Magnánimo ordenó la reconstrucción del castillo, pensado ya para ubicar las primeras piezas de artillería que se empezaban a usar en Italia. Como sede de la corte de Nápoles, fue testigo de los acontecimentso políticos y militares de la época.

Durante su estancia en Nápoles, Alfonso de Borja tuvo que atender todos los encargos recibidos por el monarca, entre otros el de la ordenación jurídica del nuevo reino.

En 1495, el rey francés, Carlos VIII lo ocupó en su invasión de Nápoles.

En esta fortaleza vivieron durante un tiempo Jofré Borgia y su mujer, Sancha.

El castillo, de planta trapezoidal, protegido por cinco torres cilíndricas, conserva en la puerta de entrada el magnífico arco de triunfo, de mármol blanco, construido en 1470, para conmemorar la entrada de Alfonso V de Aragón en Nápoles en 1443.

Una vez dentro de amplio  patio central se accede a la Capilla Palatina, del siglo XIV, pintada con frescos que representan las historias del Antiguo y Nuevo Testamento, la Sala de los Barones, la estancia más importante del castillo, a la que se sube por una escalera del siglo XV contruida al estilo gótico catalán.

Se llama Sala de los Barones porque aquí, en 1486, fueron arrestados los barones que habían conspirado contra Ferrante I de Aragón, invitados a la boda de su sobrina.

La capilla del Purgatorio fue construida en 1580 en la remodelación llevada a cabo por lo virreyes españoles. Los condenados a muerte recibían aquí los sacramentos antes de ser ejecutados. 

En las estancias situadas debajo de la Sala de los Barones se han recuperado restos arqueológicos de la época romana. Un espacio que funcionó como armería y como necrópolis.

En la zona del museo se conserva la puerta de bronce que Ferrante I en la que el monarca quiso inmortalizar su victoria en 1486 ante Juan de Anjou y los barones rebeldes.