Murallas de Ferrara

Este extenso muro de nueve kilómetros fue uno de los sistemas defensivos más imponentes del Medievo y del Renacimiento.

Este extenso muro de nueve kilómetros que circunda Ferrara fue uno de los sistemas defensivos más imponentes del Medievo y del Renacimiento.

La muralla septentrional fue levantada entre 1493 y 1505 tras la realización de la Addizione Erculea (ampliacion de la ciudad hacia el norte), caracterizada por torrecillas en forma semicircular y por un largo sendero de ronda para los centinelas.

En la extremidad del noroeste destaca el torreón del Barco, al norte la Porta degli Angeli y al este el torreón de San Giovanni.

El trecho oriental de la muralla fue concebido por Alfonso I d’Este entre 1512 y 1518, en el que destacan el Doccile di San Tommaso, conducto para la descarga de las aguas urbanas, y la colina artificial del Baluarte della Montagna.

La fortificacion meridional se caracteriza por cuatro imponentes baluartes ubicados en forma de “as de pica”, construidos entre 1575 y 1585 por voluntad de Alfonso II. En este tramo ha sido reabierta la Porta di San Pietro, que une la ciudad con el río Volano.

Al sur de las murallas se encuentra la Porta Paola, construida en 1612 tras el traspaso de Ferrara al Estado Pontificio.

La parte de la muralla que conduce hacia el oeste es la que ha sufrido mayores transformaciones. Se encuentran en ella dos baluartes que formaron parte de una grandiosa fortaleza pentagonal, que más tarde fue demolida.

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